Treinta segundos de ingravidez
Yo sabía que las ramas
arriba llevan una vida más libre,
absolutamente aislada, casi abstracta;
pero ahora es distinto, yo también vivo arriba,
mi cabeza y los hombros se pierden
entre las hojas más altas
y hasta siento y pienso como algo
que está solo, absolutamente aislado
y no tiene raíz.
Daniel G. Helder