La llamita oculta

Existe siempre durante el acto de leer un momento, intenso y plácido a la vez, en el que la lectura se trasciende a sí misma, y en el que, por distintos caminos, el lector, descubriéndose en lo que lee, abandona el libro y se queda absorto en la parte ignorada de su propio ser que la lectura le ha revelado: desde cualquier punto, próximo o remoto, del tiempo o del espacio, lo escrito llega para avivar la llamita oculta de algo que, sin él saberlo tal vez, ardía ya en el lector. Juan José Saer

domingo, 7 de marzo de 2010

Yo también vivo arriba...y hasta siento y pienso como algo que está solo, absolutamente aislado y no tiene raíz

Treinta segundos de ingravidez

Yo sabía que las ramas
arriba llevan una vida más libre,
absolutamente aislada, casi abstracta;
pero ahora es distinto, yo también vivo arriba,
mi cabeza y los hombros se pierden
entre las hojas más altas
y hasta siento y pienso como algo
que está solo, absolutamente aislado
y no tiene raíz.

Daniel G. Helder