Hormigas
Miremos las hormigas.
Siempre mueven las patas
de acuerdo a cómo les han dicho,
no se paran a preguntar qué,
simplemente obedecen órdenes.
A ninguna se le escurre de la cabeza
una idea que no venga de la invisible
jefatura.
Sería simple esto pero
si usté cree que ellas admiten la esclavitú
se equivoca. Piense y verá que a las hormigas
no las castiga conciencia alguna,
ellas no se humillan,
hacen lo que hacen sin saber que lo hacen.
E a una hormiga se parece el hombre
cuando bedece a otro que ostenta
mando absoluto. Pero la diferencia
es quel hombre frente al que dicta
camina humilladamente retrocediendo,
haciendo reverencias para evitar castigo.
¿Es triste?
Jorge Leonidas Escudero